miércoles, 20 de octubre de 2010

Lo siento, llegue tarde


La noche había caído y el frió se hacia presente cuando una figura corría tenazmente por las calles que se encontraban en completo silencio, pues la media noche hacia largo rato que ya había pasado. La figura no cesaba en su carrera, se tropezaba en ocasiones por culpa de los charcos del lugar que delataban el mal tiempo que poco antes había hecho, para luego tras estabilizarse volver a correr sin miramientos, la gabardina que vestía se movía con el viento que le daba de frente afilando la figura del hombre, y una mano en la cabeza afianzaba el sombrero que intentaba no se cayera, al igual que la otra no soltaba el maletín negro que portaba ferozmente golpeando us piernas cada zancada que daba, pero unas palabras se escucharon de esta en el completo silencio del lugar.

-No puede ser, llegare tarde, no puedo perdoname no llegar a tiempo.- Se regañaba a si mismo aquel hombre con un cierto enfado y temor en sus palabras quería llegar antes de que fuera demasiado tarde, el aviso le había llegado con tiempo de retraso y no había podido salir antes del lugar, así pues se encontraba en tal situación.

Volvió a mirar el reloj por la décima vez en escasos dos minutos y las manecillas del reloj apenas habían variado su posición, gruño ante ello, era tarde y lo sabia “quizás demasiado” no dejaba de pensar.

Corrió mas si pudo acelerando el paso, giraba las esquinas agarrándose con la mano que sujetaba el sombrero a cada rato para evitar resbalarse con el agua y saltaba cuantos charcos se le ponían por delante, estaba cerca lo sabia no quedaba mucho para que llegara a su destino, pero eso lograba que sus nervios se encrespasen mas y mas por momentos. Alzo la vista un instante y ahí lo vio aquel edificio blanco grande e imponente, el hospital, trago saliva en el momento en que no quedaba mas que subir la rampa de acceso. Casi topa contra las cristaleras de la puerta pero no le importo, atravesó dicha entrada sin contemplaciones, ignorando por completo el: “¿Puedo ayudarle?” de la recepcionista, y parando un instante busco el pasillo adecuado, lo siguió con rapidez, apenas quedaba tiempo y ya veía la puerta de la habitación.

La abrió de golpe mirando el interior con pánico, no había nada aparte de una enfermera organizando levemente el mal estado en que se encontraba el lugar, se veían manchas de sangre en la cama. No pudo mas que sentir pánico ante ello, era la primera vez que padecía algo similar y eso le crispaba los nervios. Cogió aire por momentos y con torpeza se dirigió hacia la enfermera.
-¿Donde esta? ¿Donde se la han llevado?- Fueron sus preguntas, pero el rostro de la mujer no le ayudo, le miraba con cierta pena mientras se acercaba a él a paso lento.
-Lo siento llega demasiado tarde.- Fue la única respuesta. -Ya se la han llevado.- logro añadir ante la muestra de desesperación de el hombre.

Por su parte este no pudo hacer nada se apoyo contra la pared y se dejo caer mientras recuperaba el aliento, se tapo el rostro con ambas manos, y prácticamente rompiendo a llorar mencionó:

-¿Pero donde esta?- Unos instantes pasaron asta que la joven mujer tras suspirar hablara de nuevo.
-Esta en quirofano aun, debería esperar a que la saquen del lugar.- Y sin mas se retiro de la zona.

El joven no hizo nada mas que quedarse estático, era tarde y no tenia que hacer, cerro los ojos por momentos para descansar un instante, pero quedo embriagado por el sueño, la carrera lo había agotado y no podía hacer mas.

Mas poco tiempo paso hasta que una mano en su obro agitándolo le avisó de que debía despertar se incorporo un instante pudiendo ver a una doctora frente a él, ella tenia toda la información y sin esperar se lanzo a preguntar, pero esta al ver las intenciones que portaba lo acallo tajante.

-Llegaste tarde.- Sentenció, ante esto el joven no pudo mas que agachar la cabeza arrepentido, pero las próximas palabras de la mujer le hicieron prestar atención de nuevo. -Ya puedes verlos.- Señalo al interior de la habitación con seriedad, pero el hombre antes de virarse para ver lo que dentro había no pudo mas que preguntar.
-¿Son niñas o niños?-
-Ambos.- Contestó esta con una sonrisa que lleno de orgullo al joven que no dudo en girarse para apreciar como en la cama que antes estaba vacía ahora reposaba su mujer con dos bebes cogidos mientras le daba a uno de mamar.

Las lagrimas del joven se saltaron por momentos antes de acercarse torpemente hacia la cama para abrazar a su mujer y ver a sus hijos susurrando en el proceso con cierto arrepentimiento.


-Lo siento, llegue tarde.-

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En este mundo al igual que en todos otros que puedas imaginar existe tanto el bien como el mal, la luz y la oscuridad, pero lo que deverdad no varia esque en todos aquello siempre habra una linea divisoria "las sombras" ya que en toda luz habra sombra y en toda oscuridad igual, y en ese preciso sitio es donde habito.

Sin mas te digo: elige un bando, que yo, ya lo he elegido: el punto de union es mi mundo... la sombra es mi hogar... y nadie me podra llevar hacia un lado en concreto soy neutral e inparcial.

Tu sabras que eliges pero mi mundo es dificil de soportar y no todos son capaces de habitar en el asi que :

Escoge bien.

Las sombras mi mundo y mi tranquilidad.

Eriel