martes, 9 de octubre de 2012

Diferencias culturales de los tatuajes

Polinesia


Aparentemente, esta región del mundo es la que posee la tradición tatuadora más amplia. Las diferentes tribus de la Polinesia utilizaban el tatuaje como ornamentación corporal, sin que por ello éstos pierdan su fuerte sentido comunal. El tatuaje comenzaba a muy temprana edad y se prolongaba hasta que no quedase región del cuerpo virgen de los pigmentos. Más allá de su sentido estético, el tatuaje confería jerarquía y propiciaba el respeto comunal a quien los llevaba en su piel: cuanto más tatuado estaba alguien, más respeto se le debía. De manera particular, los maoríes utilizaban el tatuaje para la batalla. Los dibujos que llevaban en la piel contribuían a su famosa estrategia de asustar a sus enemigos. La práctica de tatuar se desarrolló durante miles de años y alcanzó un punto culmen con el perfeccionamiento de motivos geométricos. El tatuaje se utilizaba para identificar a un individuo. Además, indicaba el paso de la adolescencia a la madurez.


Egipto


En Egipto eran sobre todo las mujeres quienes se tatuaban. Se le conferían al tatuaje funciones protectoras y mágicas. El carácter sobrenatural del tatuaje no fue exclusividad de Egipto: muchas culturas le otorgaron este poder a los tatuajes. Para ello también se tatuaban las mujeres para demostrar valentía, los hombres las marcaban como si fueran de su propiedad.


América



En América del Norte, los indígenas utilizaban los tatuajes como parte del ritual de paso. Cuando una persona pasaba de la pubertad a la adultez se la tatuaba con el fin de proteger su alma. Sin embargo, ésta no era la única utilización ritual que se hacía del tatuaje en esta región del mundo. En América Central, las tribus utilizaban los tatuajes a modo de conmemoración de los caídos en batalla y como forma de adoración de los dioses.

En el hemisferio sur del continente americano, tribus indígenas también pintaban sus cuerpos, pero no de manera permanente. Pigmentos creados con flores y grasas vegetales como de animales, daban nuevos tonos que acompañaban sus rituales de manera temporal con significados igual de profundos y espirituales, de los cuales se despojaban una vez terminaban el rito.


Lejano Oriente




Aproximadamente en el siglo X a.C., el tatuaje llegó al Japón. A partir de su inserción en la cultura nipona, el tatuaje se popularizó en sectores cada vez más poderosos, hasta llegar a ser utilizado por un Emperador en el siglo V como ornamento corporal. Se señala aquí su utilización estética porque en Japón existía la costumbre de destinar el tatuaje para marcar a los delincuentes. Esta marca tenía el objetivo de hacer de las personas que desobedecían la ley individuos repudiables para toda su vida y en todos lados, a raíz de llevar la marca de la vergüenza consigo. Suikoden es una novela china que se tradujo al japonés en el siglo XVII. Este libro renovó el interés en el tatuaje, e hizo de él una forma popular de decoración y de coleccionismo.

En Japón se ha conformado una de las tradiciones tatuadoras más importantes del mundo. No obstante, en el año 1842 el emperador Matshuhito decidió prohibir la práctica del tatuaje. Esto sucedió porque el país estaba interesado en abrirse al mercado mundial y no quería dar al mundo exterior una imagen que podría considerarse de barbarie.

Siberia


Restos con 2.500 años de antigüedad en Altái parecen revelar que los tatuajes estaban reservados para la jerarquía en algunas tribus nómadas siberianas.


Medio Oriente y zonas aledañas


En India, Pakistán, Irán, Yemen, Oriente Medio y África del norte, la alheña o arjeña (del ár. hisp. alḥínna, y éste del árabe الحناء al-ḥinnā´) o henna o jena es un tinte natural de color rojizo que se emplea para el pelo y que además se usa en una técnica de coloración de la piel llamada mehandi. Se hace con la hoja seca y el pecíolo de Lawsonia alba Lam. (Lawsonia inermis L.). Los patrones del mehandi son bastante complejos y en algunas culturas se emplean como ornamento nupcial.


Occidente



El tatuaje llegó a Occidente por vía marítima. Las expediciones de Colón en América y del capitán James Cook a las islas de la Polinesia fueron el punto de partida del tatuaje hacia Occidente. En estas expediciones los marineros tuvieron contacto con los indígenas amerindios, con los maoríes y con otras tribus que les “enseñaron” el arte de tatuar. A su retorno, los marineros abrieron sus propios estudios de tatuaje y popularizaron esta disciplina entre los sectores populares. En 1846 se abre en Nueva York lo que aparentemente fue el primer estudio de tatuaje. Durante la Guerra de Secesión el arte del tatuaje experimentó un gran crecimiento y popularización. Fellows, Hildebrandt y O'Reilly, el inventor de la máquina de tatuar, fueron los encargados de hacer de la práctica tatuadora una profesión.
Sin embargo, el tatuaje no se liberó completamente de su tradición inhumana. Durante la Alemania nazi (como el ejemplo más conocido aunque no sea el único) se utilizó el tatuaje para marcar a los prisioneros de los campos de concentración.
En los últimos años, el tatuaje ha sido incorporado progresivamente a la sociedad y hoy día éste cumple funciones puramente estéticas, y modo de expresión artísticas y no distingue entre sectores sociales.


No hay comentarios:

En este mundo al igual que en todos otros que puedas imaginar existe tanto el bien como el mal, la luz y la oscuridad, pero lo que deverdad no varia esque en todos aquello siempre habra una linea divisoria "las sombras" ya que en toda luz habra sombra y en toda oscuridad igual, y en ese preciso sitio es donde habito.

Sin mas te digo: elige un bando, que yo, ya lo he elegido: el punto de union es mi mundo... la sombra es mi hogar... y nadie me podra llevar hacia un lado en concreto soy neutral e inparcial.

Tu sabras que eliges pero mi mundo es dificil de soportar y no todos son capaces de habitar en el asi que :

Escoge bien.

Las sombras mi mundo y mi tranquilidad.

Eriel